La ciudad parece hoy más oscura
y los caminantes caminan después
de ponerse hasta el culo,
de poner su mundo del revés.
No me enseñes tu titulo.
No juzgues tu, mi profesión.
No seas capullo,
a mí también me da asco la
prostitución.
Poder hacer de Troya una realidad.
Mi sueño, mi deseo, quemarla de
nuevo.
Quemar los miedos, las drogas, tu
pasividad.
¡Quemar el asco que siento en mi
cama!
A un tío que no conozco me vendo.
Vendo mi cuerpo, mis sueños y mi
alma.
Igual que se arruga el chico con
sus drogas…
me empiezo yo, de nuevo, a arrugar.
Lloran los hombres y las familias,
ríe el sistema…
llora, de nuevo, la ciudad.
Por favor, no cierren sus ojos ante
el mundo
de las drogas y la prostitución,
del que es ya nuestro credo.
Estamos artos de su incomprensión.
Hoy quiero quemar este mundo
sin orden, sin concierto, sin
razón.
Hoy, el mundo entero llora.
Hoy, el mundo entero arde,
como arde el corazón.
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